„NOS QUIEREN EXTERMINAR“
En español y Aleman
Entrevista con el activista Maya Pedro Uc Be acerca de la resistencia en contra del proyecto de infraestructura „Tren Maya“
El gobierno de México avanza con su megaproyecto, el mal llamado „Tren Maya“, en la Península de Yucatán de manera brutal. En conversación con LN, Pedro Uc Be de la Asamblea de los Defensores del Territorio Maya, Múuch‘ Xíinbal („Caminamos juntos“), cuenta sobre las consecuencias para la población Maya y la lucha por su territorio.
Entrevista: Martin Schäfer
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), dijo en su discurso del 13 de agosto de 2021 que nada justificaba imponer por la fuerza a otras naciones o culturas un modelo político, económico, social o religioso en aras del bien de los conquistados o con la excusa de la civilización. ¿Siente que las políticas y acciones del gobierno son consecuentes con estas palabras?
El gobierno federal tiene una narrativa atractiva para muchos sectores sociales que estamos aquí abajo, pero sus hecho van en sentido contrario. Está haciendo un uso político de las causas de los pueblos indígenas, tratando de legitimarse con la imagen de atender una deuda histórica que occidente tiene con los pueblos. Y no es así. Tan no es así que hoy los pueblos indígenas que estamos en la Península de Yucatán y en el istmo de Tehuantepec, tenemos que luchar no solamente en contra de las empresas que nos están despojando, sino en contra del propio gobierno. Ahora es el gobierno que está encabezando el mal llamado „Tren Maya“, uno de los proyectos más destructores, más amenazantes y con una orientación a nuestro exterminio como pueblos indígenas. En este proyecto se plantea convertir la Península de Yucatán en un corredor industrial en el que la población ya no sería culturalmente indígena, sino un mero grupo de trabajadores, de obreros, precarizados en las fábricas de las grandes empresas. Entonces el presidente miente, manipula, es un hipócrita con sus declaraciones, y me parece que está siendo maquiavélico con su costumbre de decir que él tiene otros datos. Nunca conocemos cuáles son sus datos, pero siempre sale con que sus datos son los buenos y verdaderos. Me parece una vergüenza. Hay más de 60 indígenas y luchadores por el territorio que han sido asesinados durante este gobierno, y ninguno ha sido investigado, en ninguno se ha enjuiciado a los responsables.
¿Cuáles son los proyectos que el gobierno persigue en la Península de Yucatán?
Hace algunos años la empresa Monsanto comenzó a sembrar una gran cantidad de soya transgénica en monocultivos. Después se instalaron las granjas porcícolas, cuyo mal olor ocupa miles de hectáreas donde difícilmente se puede vivir bien. Asímismo aparecieron como en avalancha los proyectos de energía renovable a través de la construcción de parques eólicos y fotovoltaicos. Luego las empresas immobiliarias de una forma alarmante empezaron a ocupar terrenos que están en propiedad colectiva de las comunidades indígenas donde hay cenotes, vestigios arqueológicos, lagunas, o selva muy alta, para desarrollarlos turísticamente. Hemos luchado contra cada uno de estos proyectos.
Ahora el „Tren Maya” trata de conectar a todos los demás proyectos para integrarlos en un solo megaproyecto: los proyectos que producen soya o carne ya van a tener su trenecito para transportar esos productos, los que construyen hoteles y restaurantes para el turismo ya van a tener su tren para llevar y traer a su turismo. Los que producen energía eléctrica la pueden vender al tren en su paso. Entonces ya no son 5 proyectos, sino es un megaproyecto que responde a un interés global. Y no es un proyecto que nació en la cabeza de AMLO, es un proyecto diseñado hace mucho tiempo que solamente ha ido cambiando de nombre, en un momento le llamaron el Plan Puebla Panamá. Venía desde los gobiernos del PRI, del PAN, que no lo habían podido hacer porque eran partidos sumamente desprestigiados. Aquí lo triste es que la gente creyó en un gobierno de izquierda, en un gobierno que favorece a los pueblos indígenas y le dio la confianza a AMLO a través de 30 millones de votos. Con esa legitimidad está haciendo estos proyectos.
Ellos quieren convertir al Maya que les perjudica en un Maya de museo, en un Maya turístico. Hoy lo Maya en la Península de Yucatán es un tren, un restaurante, un hotel, un periódico, una ribera. Pero quedamos quienes nos hemos dado cuenta que esto es una mentira, una traición a su propia palabra. Nosotros no cuestionamos al gobierno como tal, sino a estos proyectos neoliberales que nos están destruyendo y están acabando con la cultura Maya. De hecho en el estudio de impacto ambiental del „Tren Maya“ dijeron literalmente que „el etnocidio puede tener un giro positivo“ (en capítulo IV.4.11. / página 1329 del documento, nota de redacción). Eso significa que tienen pensado acabarnos, destruir completamente nuestra cultura, y de eso nos estamos defendiendo.
¿Qué impacto tienen estos proyectos?
Hay una gran cantidad de impactos. Uno de los impactos sociales es la división, la polarización entre las mismas comunidades. Cuando llega FONATUR (Fondo Nacional de Fomento al Turismo, nota de la redacción) a las comunidades, enfrenta a las familias y a los ejidos (comunidades agrícolas que existen en México desde la reforma agraria de 1917, nota de redacción), los conflictúa prometiendo que la gente que ofrece su tierra para el tren tendrá una gran cantidad de beneficios. Por ejemplo, si no hay agua, si no hay corriente eléctrica, si hace falta carreteras, si hace falta luz, el tren los va a traer. Mucha gente dice que el gobierno no nos debe estar mintiendo, vamos a aceptar. Otros dudan y dicen, vamos a esperar, no podemos consentir en la entrega de nuestra tierra para esto. Cuando FONATUR encuentra alguna resistencia, corrompe a la gente, comienza a repartirles dinero a los comisarios ejidales, las autoridades de las asambleas. Y muchas veces falsificaron actas de asambleas que nunca se hicieron.
Otro impacto social es la inseguridad. Estamos acostumbrados a que en Cancún y toda la Riviera Maya haya asesinatos, asaltos, tortura de la policía o detenciones arbitrarias. Pero desde que el „Tren Maya“ empezó a fomentarse, hemos visto eso en nuestras comunidades también. De repente llegan grupos armados desde Cancún a ejecutar gente en los pueblos.
En lo económico, ahora hay mayor pobreza que antes porque la gente ha perdido sus tierras. Nos prometieron empleos a cambio de nuestra tierra, pero no han llegado. La gente empleada por el „Tren Maya“ son técnicos especializados en construcción que vienen de otros lugares. No podemos acceder a este tipo de empleos porque los comuneros Mayas no sabemos de construcción, somos campesinos.
Antes podíamos cosechar nuestro maíz en la milpa, molerlo, hacer nuestras tortillas y comer. Hoy ya no podemos y tenemos que comprar en la tortillería algo que es mas plástico que tortilla. Y vamos a tener que comprarlo a un precio muy elevado de hasta 25 pesos el kilo. Las familias Mayas son por lo general numerosas con 6 o 7 integrantes y necesitan comprar 4 o 5 kilos de tortilla para sobrevivir, es una cantidad que no ganan con uno o dos salarios mínimos. Entonces tendremos que buscar algún empleo en la ciudad donde seguramente vamos a engrosar esas franjas de miseria en la periferia. O lavamos los retretes de los restaurantes y de los hoteles. El director de FONATUR, Rogelio Jiménez Pons, dijo que los Mayas vamos a tener la oportunidad de ir a las estaciones del tren a pie a pedir limosna.
¿En qué otros aspectos se ven afectadxs los Mayas por estos proyectos?
Se comienza a combatir con mayor dureza a la lengua Maya. Quienes la hablamos sufrimos persecución por defender a nuestra cultura. Algunos dicen que la lengua Maya se está perdiendo. Nosotros afirmamos que no se pierde, sino que están matando a sus hablantes.
Muchos de los que hemos levantado la voz a defender nuestros territorios estamos siendo criminalizados. Jiménez Pons nos acaba de acusar en los medios de que somos de extrema derecha y que por culpa nuestra el tren ya no va a pasar ni en Campeche ni en Mérida. Señalarnos de esta manera nos está poniendo frente al crimen organizado que tiene interés en el „Tren Maya“ para que nos busque y nos elimine. Nos duele mucho que los líderes de las dependencias del gobierno sigan ejerciendo un racismo como el de Jiménez Pons y nos estén tratando con desprecio.
Respecto al impacto ambiental, el problema mayor es que además de la misma línea de tren, se trata de un programa de reordenamiento territorial capitalista, incluyendo la construcción de unas 20 ciudades de a 50.000 habitantes como polos de desarrollo. Entonces esto significa mucha destrucción de la selva, pero al destruir la selva, también se destruye el habitat de los animales que se van a morir, van a desaparecer. Además se destruye un patrimonio cultural intangible porque nuestra vida está en la selva junto a los animales, los aves, el viento, la lluvia y el agua. Allí es donde hacemos nuestros ritos como pueblo Maya, es parte de nuestra creencia y nuestra fé, nuestra práctica que tejemos con la naturaleza. Los ritos Mayas son agrícolas, mientras los performances folclorísticos para turistas solamente sirven al Estado y a las empresas turísticas. Eso no es nuestra vida, no somos nosotros.
La convención 169 de la OIT firmada por México obliga al Estado a garantizar una consulta previa, libre e informada a los pueblos indígenas cuando se realizan proyectos que les afecten. ¿Ha cumplido el Estado de México con esta obligación?
Yo creo que las consultas no sirven, por lo menos no han sido válidas. No sirven las leyes si el presidente siempre dice que tiene otros datos. Es lo que ha pasado frente a un gobierno tan fuerte que se impone al poder legislativo y al poder judicial. En su primer trienio, ha sido la costumbre del gobierno pedir al congreso que no le mueva ni una coma a sus iniciatitivas de ley y así ha sido. El poder judicial ha recibido nuestros amparos (recurso legal de cualquier ciudadano mexicano o persona jurídica para defenderse frente a abusos de poder o la violación de derechos constitucionales por parte del Estado, nota de redacción) y no ha contestado ninguno salvo dos. En dos ocasiones nos ha dado una suspensión temporal y definitiva que el gobierno no ha respetado, y el poder judicial no ha reclamado el respeto a sus sentencias, se ha agachado frente al poder ejecutivo.
Los organismos internacionales han sido cómplices en esto porque la ONU Habitat ha recibido 5 milliones de dólares de parte del Estado para que sea el garante del despojo en nuestra península. La UNESCO también es parte del proyecto Tren Maya. En el nombre de la ONU nos están despojando, y nosotros le pedimos una medida cautelar a la Corte Interamericana de Derechos Humanos hace casi dos años. Hasta la fecha no nos ha contestado.
¿Cómo se organiza la resistencia?
La mayoría de la gente tiene miedo, tiene muerta su esperanza y trata de buscar el pan de cada día para sobrevivir sin conflictuarse. Somos muy pocos en la Península de Yucatán quienes decidimos luchar porque no estamos dispuestos a entregar nuestra tierra y entendimos que no tenemos la opción de elegir entre la vida y la muerte. La elección que nos han puesto en frente es entre un tipo de muerte y otra: o nos matan de un balazo o morimos lentamente de hambre y de sed. Entonces en el 2018 acordamos organizarnos como una asamblea, venimos de alrededor de 25 comunidades de toda la península y fundamos el colectivo Múuch‘ Xíinbal (“Caminamos juntos”) para buscar algunos modos de defender nuestro territorio. Una primera cosa es informarnos bien porque hay una narrativa muy fuerte desde el gobierno que justifica estos proyectos que nos destruyen. Entonces buscamos la información que necesitamos para poder vivir, no la que nos ponen en la boca, en el oído. Para eso necesitamos hacer alianzas con quienes manejan esa informacion. Algunos académicos nos ayudan y la buscan, nos pasan la información. Nosotros la traducimos a la lengua Maya, al lenguaje de la gente y lo compartimos con las comunidades, via WhatsApp o para los que no tienen celular, se hace la transferencia de informacion de boca a boca.
En el ámbito jurídico decidimos seguir la cuestion del litigio, de poner los amparos. Para eso dependemos de abogados que nos apoyen de forma solidaria porque no tenemos dinero. A veces un abogado empieza con un proceso pero luego nos deja tirados. Cuando tenemos un buen abogado comprometido, podemos ganar un caso porque hay de repente ciertos recobecos que se pueden buscar en la ley. Pero cuando ganamos un caso reforman la ley para tapar ese recobeco, y se hace cada vez mas difícil.
No hemos salido a hacer marchas porque no tenemos miles de personas, y no queremos que la policía lastime a nuestros compañeros, infiltrando las marchas y rompiendo cristales y cosas como pretexto para llevarnos a la cárcel. Ya hemos sufrido amenazas de muerte en mi persona y de mi familia, y de otros compañeros de la asamblea, entonces acordamos que los que ya hemos sido amenazados y somos visibles, seamos los que demos la cara para que se pueda proteger a los demás.
Nuestro acuerdo fundamental es: „¡La tierra no se vende ni se renta!” Tampoco vamos a dialogar ni a sentarnos con ningún partido político porque nuestro lucha no es partidista. Y el que nos quiera acompañar que lo haga sin condiciones, tiene que entender nuestra problemática. Nosotros tenemos solamente un objetivo: cuidar nuestro territorio. Si los ejidatarios le dicen no a la renta y a la venta de la tierra, eso va a dificultar mucho que nos despojen. Entonces es importante hacer trabajo con la comunidad. A través de talleres hemos logrado formar asesores nativos de las propias comunidades para la defensa del territorio: Cuando los coyotes llegan a comprar o rentar las tierras ya no pueden engañar a los ejidatarios que solo hablan lengua Maya porque hay personas preparadas para discutir los argumentos que se plantean y explicar a las personas más adultas las implicaciones de la enajenación de la tierra. Para mejorar la difusión también hacemos unos pequeños podcasts en Maya y español una vez por semana.
Usted es escritor y escribe poesía en lengua Maya. ¿Hay una relación entre su escritura y su activismo? Yo creo que frente a la impotencia que tenemos en esta lucha por la defensa del territorio, vamos buscando diferentes formas de organizar la lucha, de compartir y denunciar. Comencé a escribir por la defensa de nuestro territorio. La poesía viene a llenar un vacío y todo lo que he escrito tiene que ver con nuestro llanto, nuestro dolor, con nuestra desesperanza, con la situación de la conquista, de la colonización, de la humillación a través del racismo, de la destrucción de nuestro medio ambiente y de la relación que tenemos los Mayas con la naturaleza.
PEDRO UC BE
es un profesor, activista y escritor Maya. En 2018 fue uno de los fundadores de la Asamblea Múuch‘ Xíinbal („Caminamos juntos“) que lucha por la defensa del territorio Maya en la Península de Yucatán. Escribe poesía en lengua Maya por la que ha recibido varios premios. (Foto: Haizel de la Cruz)
LA PARTICIPACIÓN DE EMPRESAS EUROPEAS EN EL „TREN MAYA“
La empresa de ferrocarriles alemanes, Deutsche Bahn, se ha adjudicado el acompañamiento y la asesoría del proyecto ‚Tren Maya‘ como llamado shadow operator, como parte de un consorcio junto a dos otras empresas estatales de España. „FONATUR ha encargado a la DB Engineering & Consulting GmbH la asesoría con respecto a decisiones operativas ferroviarias dentro del proyecto Tren Maya‘. […] El contrato […] corresponde a un monto de 8.6 milliones de euros“, confirmó el subsecretario Enak Ferlemann (CDU) a la red Ya-Basta-Netz. Las empresas alemanas Siemens Mobility y TÜV Rheinland también estarían dispuestas a una colaboración dentro del proyecto de infraestructura.
La Deutsche Bahn (al igual que otras empresas) en Alemania apenas habla de esta participación. Esto se debe a consideraciones respecto a su imágen. La cooperación con proyectos de infraestructura que perjudican al medio ambiente no es compatible con la imágen verde que la empresa de ferrocarriles quiere vender.
// Sonja Schmidt, traducción: Martin Schäfer
„SIE WOLLEN UNS AUSLÖSCHEN“
INTERVIEW MIT DEM MAYA-AKTIVISTEN PEDRO UC BE ZUM WIDERSTAND GEGEN DAS INFRASTRUKTURPROJEKT TREN MAYA
Diemexikanische Regierung treibt auf der Halbinsel Yucatán rťcksichtlos ihr Megaprojekt Tren Maya voran. Im Gespräch mit den LN berichtet Pedro Uc Be von der Versammlung der Verteidiger des Maya-Territoriums, Mťuch' Xíinbal, von den Folgen fťr die Maya-Bevölkerung und dem Kampf um ihr Land.
Der Präsident von Mexiko, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), hat in seiner Rede am 13. August 2021 gesagt, dass es keine Rechtfertigung dafťr gebe, anderen Nationen oder Kulturen mit Gewalt ein politisches, wirtschaftliches, soziales oder religiöses Modell aufzuzwingen. Verhält sich seine Regierung entsprechend?
Die Regierung verfolgt ein für uns attraktives Narrativ, das aber ihren Handlungen widerspricht. Sie benutzt die indigenen Völker, indem sie den Eindruck erweckt, dass sie sich um eine historische Schuld ihnen gegenüber kümmert, um daraus Legitimität zu ziehen. Aber das trifft nicht zu, denn zumindest wir indigenen Völker in Yucatán und vom Isthmus von Tehuantepec müssen heute nicht nur wie früher gegen Unternehmen kämpfen, die uns von unserem Land vertreiben wollen. Heute müssen wir gegen die Regierung selbst kämpfen, da sie mit dem unzutreffend benannten„Tren Maya“ eines der zerstörerischsten, bedrohlichsten Projekte anführt, das uns auslöschen und die Halbinsel Yucatán in einen Industriekorridor verwandeln soll, in dem wir nur noch prekarisierte Arbeiter wären, die für die großen Unternehmen produzieren. Der Präsident lügt, er manipuliert und ist ein Heuchler. Und er sagt auf Widerspruch hin immer, dass er andere Daten hätte. Wir wissen nie, welche Daten das sind, aber seine Daten sind immer die guten und die richti- gen. Das ist für mich eine Schande. Während AMLOs Amtszeit sind schon mehr als 60 Indigene und Menschen, die für ihr Land gekämpft haben, ermordet worden. In keinem der Fälle wurde ermit telt oder die Verantwortlichen zur Rechenschaft gezogen.
Welches sind die Großprojekte, die die Regierung auf der Halbinsel Yucatán verfolgt?
Vor einigen Jahren hat der Konzern Monsanto viel Urwald zerstört, um genveränderten Soja in Monokulturen anzupflanzen. Später wurden Schweinezuchtbetriebe angesiedelt, die ebenfalls große Flächen in Anspruch nehmen, aber vor allem durch ihren Gestank noch viel größere Gebiete beeinträchtigen. In ihrer Umgebung kann man dadurch nicht mehr gut leben. Dann kamen Windund Solarparks hinzu, in denen erneuerbare Energie erzeugt wird. In alarmierender Weise tauchten außerdem Immobilienunternehmen auf, die begannen, für den Tourismus interessante Gebiete im kollektiven Besitz indigener Gemeinschaf- ten an sich zu reißen, auf denen sich etwa Cenoten, archäologische Spuren, Seen oder Ur- wald befinden. Wir haben gegen jedes dieser Projekte gekämpft.
Der Tren Maya ist nun das Projekt, das all diese Projekte zusammenfasst und verbindet. Denn die Sojaproduzenten und Schweinezüchter können damit ihre Ware abtransportieren, die Hotel- und Restaurantbetreiber haben ihren Zug, mit dem die Touristen reisen können. Die Betreiber der Windund Solarparks können ihren Strom an die Bahn verkaufen. Es sind nicht mehr fünf Projekte, sondern ein einziges Megaprojekt, das einem globalen Interesse gehorcht. Und das Projekt ist nicht neu, sondern wurde schon vor langer Zeit von Regierungen der PRI und der PAN entwickelt. Die Vorgängerregierungen waren bei der Bevölkerung nur zu diskreditiert, um es selbst umzusetzen. Das Traurige ist, dass die Leute an eine linke Regierung geglaubt haben, die den indigenen Völkern gegenüber wohlgesonnen ist und AMLO mit 30 Millionen Stimmen vertraut haben. Mit dieser Le- gitimität setzt er nun den Tren Maya um.
Aber es gibt noch uns, die wir gemerkt haben, dass das ein Verrat an seinem eigenen Wort ist. Wir kämpfen, um das wenige zu schützen, was uns bleibt: Wir haben nur noch wenig Urwald. Viel handfeste Maya-Kultur haben wir nicht, aber et- was bleibt uns noch. Wir haben noch die Produkti- on der milpa (traditionelles Landwirtschaftssystem der Maya, Anm. der Red.). Wir sprechen noch unsere Sprache, und wir, die Maya, leben immer noch.
Die Regierung dagegen will uns in Maya für die Touristen verwandeln, wie in einem Museum.
‚Maya’ steht heute in Yucatán für einen Zug, ein Restaurant, ein Hotel, eine Zeitung, eine Riviera. Wir stellen nicht die Regierung infrage, aber diese neoliberalen Projekte, die uns und unsere Kultur zerstören. Tatsächlich steht wörtlich in dem Bericht zur Umweltverträglichkeitsprüfung des Tren Maya, dass der Ethnozid eine positive Wen- dung nehmen könne. Das belegt, dass sie uns aus- löschen wollen, und dagegen verteidigen wir uns.
Was genau sind die Folgen dieser Projekte? Zum einen kommt es zu Spaltungen und Polarisierung in den Gemeinschaften. FONATUR (Nationaler Fonds für die Förderung des Tourismus, Anm. d. Red.) kommt und verspricht, dass jene, die ihr Land für den Zug hergeben, alles haben werden, was ihnen fehlt, wie vielleicht Wasser, Strom oder Straßen. Viele glauben den Versprechungen und nehmen das Angebot an. Das führt zu Konflikten in den Familien und in den ejidos (landwirtschaftliche Genossenschaften, die in Mexiko seit der Agrarreform 1917 existieren, Anm. d Red.), denn es gibt andere, die schon mehr Erfahrung und Zweifel haben. Wenn FONATUR auf Wi- derstand trifft, besticht es die Kommissare der ejidos. Diese Autoritäten bescheinigen dann Ver- sammlungen, die nie stattgefunden haben und fälschen Dokumente.
Eine weitere soziale Auswirkung ist die Unsicherheit. In Cancún und an der Riviera Maya gibt es schon länger Morde, Überfälle sowie willkürliche Verhaftungen und Folter seitens der Polizei. Seitdem der Tren Maya vorangetrieben und gebaut wird, nimmt das auch in unseren Gemeinschaf- ten zu. Plötzlich kommen bewaffnete Gruppen aus Cancún und töten Menschen, das ist sehr schlimm.
Schließlich fördert das Projekt die Armut. Es gab sie zwar vorher schon, aber dadurch, dass die Leute jetzt ihr Land verlieren, wird es schlimmer. Man hat uns Arbeit im Austausch für das Land versprochen, aber der Tren Maya sucht für den Bau spezialisierte Kräfte und wir sind nur Bauern. Die Jobs bekommen daher andere. Ohne unser Land, ohne die milpa können wir keinen Mais mehr ernten und unsere Tortillas nicht mehr selbst herstellen, sondern müssen sie für bis zu 25 Pesos pro Kilo kaufen. Die großen Maya-Familien mit 6 oder 7 Personen können sich das auch mit zwei Mindestlöhnen nicht leisten. Wir müs- sen dann Arbeit in der Stadt suchen und wohnen im Zweifel in den Elendsvierteln der Peripherie. Oder wir putzen die Klos der Restaurants und Hotels. FONATUR-Direktor Rogelio Jiménez Pons meinte, wir könnten ja in Zukunft an den Bahnhöfen des Tren Maya betteln gehen.
Gibt es noch weitere Auswirkungen?
Es wird härter gegen Menschen vorgegangen, die die Maya-Sprache sprechen. Einige sagen, dass die Sprache verloren geht. Wir bekräftigen aber, dass sie nicht verloren geht, sondern dass ihre Sprecher getötet werden. Viele von uns, die die Stimme zur Verteidigung unseres Territoriums erhoben haben, werden kriminalisiert. Jiménez Pons hat uns soeben beschuldigt, rechtsextrem zu sein, nur weil wir uns mit amparo-Verfas- sungsbeschwerden (Rechtsmittel jedes mexikanischen Bürgers oder von Körperschaften, gegen staatlichen Machtmissbrauch und Verletzung von Verfassungsrechten vorzugehen, Anm. d. Redaktion) gegen Rechtsverletzungen durch den Tren Maya wehren. Wir seien schuld daran, wenn der Zug nicht durch Campecheund Mérida fahren wird. Damit gibt er dem organisierten Verbrechen, das das Projektunterstützt, Hinweise, damit es uns suchtund auslöscht. Es tut uns weh, dass staatliche Funktionäre solchen Rassismus zeigen und uns verachten.
Zu den Umweltauswirkungen gehört natürlich, dass für den Zug große Flächen Urwaldabgeholzt werden. Das Hauptproblem ist aber, dass damit eine kapitalistische, territoriale Neuordnung einhergeht und für die Entwicklung der Halbinsel ca. zwanzig Städte à 50.000 Einwohner gebaut werden sollen. Mit der Zerstörung des Waldes wird auch der Lebensraum vieler Tiere vernichtet, die dann sterbenmüssen, und das Wasser geht verloren. Außerdem wird damit ein kulturelles Erbe zerstört, denn der Glaube und die Riten von uns Maya sind mit der Natur verbunden, nicht mit der Stadt -folkloristische Performances für Touristen erfüllen einen politischen Zweck und haben nichts mit uns zu tun. Unser ruhiges Leben spielt sich im Wald in Harmonie mit anderen Lebensformen ab, und wenn unsere Umgebung krank ist, dann sind wir es auch. Daher schützen wir sie.
Hat der Staat keine Konsultation der indigenen Bevölkerung nach der ILO-Konvention 169 durchgefťhrt?
Die Konsultationen sind ein Witz, niemand nimmt sie Ernst. Solche Gesetze nützen nichts, wenn der Präsident sagt, dass nur seine eigenen Daten gültig sind. Die Regierung fordert vom Parlament mit Erfolg, es möge an ihren Gesetzesentwürfen bitte nichts ändern. Die Gerichte haben unsere amparos entgegengenommen, aber außer zweien keine beantwortet. In zwei Fällen haben sie zwar eine Suspendierung von Maßnahmen verhängt, die Regierung hat sich aber nicht daran gehalten und die Gerichte haben anschließend keinen Re- spekt für ihre Urteile eingefordert.
Internationale Organisationen sind Komplizen des Projektes, denn UN-Habitat hat 5 Millionen Dollar dafür bekommen, Garantin der stattfindenden Vertreibung von unserem Land zu sein, auch die UNESCO begleitet das Tren-Maya-Projekt.
Wie sieht der Widerstand aus?
Die Mehrheit der Menschen hat keine Hoffnung, sondern Angst und versucht nur zu überleben. Wir wenigen, die wir unser Land nicht hergeben wollen, haben beschlossen zu kämpfen, nachdem wir verstanden haben, dass wir nicht zwischen Leben und Tod wählen können, sondern nur die Art des Todes: Entweder sie erschießen uns, oder wir sterben langsam vor Hunger und Durst. Wir ha- ben mit Personen aus etwa 25 verschiedenen Gemeinschaften der ganzen Halbinsel das Kollektiv Múuch' Xíinbal („Gemeinsam schreiten wir vor- an“) gegründet, um Wege zur Verteidigung unseres Territoriums zu finden. Wir suchen etwa für uns wichtige Informationen, auch mit Hilfe eini- ger Wissenschaftler, übersetzen sie ins Maya und verteilen sie an die Leute in den Gemeinschaften. Für die juristische Arbeit sind wir auf Hilfe von Anwälten angewiesen, die uns kein Geld kosten, und manchmal lässt uns ein Anwalt mitten in ei- nem langen Prozess hängen. Mit einem guten An- walt gewinnen wir auch mal einen Prozess, wobei das immer schwieriger wird, da die Regierung da- nach die Gesetze immer wieder ändert.
Demonstrationen organisieren wir nicht, weil wir keine Tausenden auf die Straßen bringen können, und um uns vor Polizeigewalt und Gefängnis zu schützen. Ich, meine Familie und andere haben schon Todesdrohungen bekommen. Diejenigen von uns, die noch nicht bekannt und sichtbar sind, schützen wir daher lieber.
Unsere Prinzipien sind: Kein Verkauf und keine Vermietung von Land, keine Kooperation mit politischen Parteien, kein Akzeptieren von Bedingungen im Austausch für Unterstützung. Wenn unsere Basis, die ejidatarios (Mitglieder eines Ejidos, Anm. d. Red.) nein zu Verkauf und Vermietung von Land sagen, haben es die Unternehmen sehr viel schwerer, uns zu vertreiben. Dieses Jahr haben wir daher eine Reihe von Workshops gemacht: Wir treffen uns einmal im Monat und sprechen mit jungen Maya über unsere Identität und das Territorium. So haben wir es geschafft, Menschen aus den Gemeinschaften zu Beratern auszubilden: Sie tragen das Gelernte nach Hause. Wenn dann Abgesandte kommen, um Land zu kaufen, können sie die ejidatarios nicht mehr täuschen, auch wenn diese nur Maya sprechen. Denn es ist dann jemand da, der auf die Argumente der Firmen vorbereitet ist und den Älteren erklären kann, was eine Veräußerung von Land bedeuten würde. Um unsere Reichweite zu verbessern, veröffentlichen wir jede Woche außerdem einen kleinen Podcast auf Maya und Spanisch.
// Interview und Übersetzung: Martin Schäfer
DIE BETEILIGUNG EUROPÄISCHER UNTERNEHMEN AMTREN MAYA
Die Deutsche Bahn hat sich als sogenannter Schattenbetreiber (Shadow Operator) als Teil eines Konsortiums mit zwei weiteren staatlichen Unternehmen aus Spanien den Zuschlag für die Begleitung und Beratung des Projekts Tren Maya gesichert. „FONATUR hat die DB Engineering & Consulting GmbH mit der Beratung zu eisenbahnbetrieblichen Entscheidungen innerhalb des Projekts ‚Tren Maya‘ beauftragt. […] Der Vertrag […] umfasst eine Auftragssumme von 8,6 Millionen Euro“, bestätigte der parlamentarische Staatssekretär Enak Ferlemann (CDU) gegenüber der Recherche AG des Ya-Basta- Netzwerks für Solidarität & Rebellion. Auch Siemens Mobility und der TÜV Rheinland stünden für eine Zusammenarbeit innerhalb des Infrastrukturprojekts zur Verfügung.
Dass die DB und weitere Unternehmen zumindest hierzulande kaum ein Wort über die Beteiligung verlieren, liegt an der gewünschten Außendarstellung. Die Kooperation mit umweltgefährdenden Infrastrukturprojekten passt kaum ins grüne Image, das der Bahnkonzern sich zu geben versucht.
Weitere Informationen rund um die Beteiligung der DB & Co. unter www.ya-basta-netz.org/tren-maya-made-in-germany/
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