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LA DEFENSA JURÍDICA DEL MEDIO AMBIENTE EN FAVOR DE COMUNIDADES MAYAS

LA DEFENSA JURÍDICA DEL MEDIO AMBIENTE EN FAVOR DE COMUNIDADES MAYAS


Por Pedro Uc

La mayoría de las comunidades mayas de la Península de Yucatán no están familiarizadas con los términos “medio ambiente”, desconocen también la regulación existente al respecto; casi todas, incluyendo las directivas de las asambleas ejidales, no tienen información y menos formación sobre las leyes en torno a este tema. Cuando tienen conflictos y no logran arreglarlo de acuerdo con sus modos de mirar y acordar, buscan el apoyo de un abogado, del visitador agrario, o de alguien que se presume conocedor del tema que pasa por esos rumbos con intereses oscuros principalmente respecto a la ocupación de la tierra ejidal.


No han sido pocas veces en que los campesinos han sido engañados, timados, defraudados por cierto abogado de esos que tienen el perfil de un abogado solo titulado, igual por el visitador agrario que se pone del lado del quien le paga más, o por los coyotes que en muchos ejidos aparecen como ejidatarios, luego se hacen propietarios de esa tierra, después la venden o rentan a empresarios para el desarrollo de megaproyectos que redunda en el despojo de la tierra y el territorio de la comunidad.


A estas alturas, es difícil decidir lo aconsejable a los ejidatarios, (es un poco más fácil a toda la comunidad), decirles que conozcan las leyes o mejor que no lo hagan; resulta que la regulación en materia ambiental es una desregulación, un caos complejamente orquestado, es la legalización del despojo; son leyes racistas, son normas dictadas al poder legislativo por las empresas despojadoras, es una ley burgués que tampoco los abogados mediocres entienden, está hecha para que los abogados muy hábiles, formados para el atraco, que por lo general le trabajan a las empresas y al gobierno puedan asegurar el despojo de las tierras del pueblo maya.


Hay algunos abogados que hemos encontrado que son de mucha altura en lo técnico, en lo moral y en su compromiso con la justicia, sí los hay, son de esos que saben el manejo del pico y del martillo para abrir las grietas del muro de la ley burgués; aunque hay muy pocos pero gracias a ellos hemos podido entender que existe esto que llaman litigio estratégico y participativo, aunque no estamos muy seguros de lo que significa estos términos, hemos visto que el trabajo que hacen dichos abogados lo prefieren de la mano de la comunidad, por medio de varios talleres elaboran juntos las quejas, los amparos; en colectivo construyen los argumentos y todos participamos en el proceso para prevenir el engaño, el control de la información de un solo lado y que la lucha sea dada por todos en la medida de la posibilidad de los involucrados, pero nadie se puede quedar al margen.


Lo que está claro en las comunidades hoy, es que están pasando por un tiempo de complejidades en las que están en una desventaja muy grande ante la voracidad del arrebato del territorio por el interés occidental; la primera dificultad es por ser mayahablantes, el español que con esfuerzo hablan es de sobrevivencia, pero los ladrones de tierra no tienen piedad, les descargan términos técnicos en materia jurídica o ambientalista que confunde a la primera al comisario de la asamblea que termina diciendo sí a todo lo que se le propone porque entendió que le van a pagar un dinero para su ejido. Sustentabilidad, litis, subusufructo, regulación, amicus curiae, rentabilidad, enunciativas mas no limitativas, abstracto, son algunos cañonazos lingüísticos que recibe el ejidatario de parte de los despojadores del territorio que llegan a las asambleas con su equipo jurídico listos como perros rabiosos a estrangular al ejidatario.


Así mismo, la asamblea ejidal de cultura maya, se enfrenta a otra cultura, a la que llamamos aquí occidental, en donde negar una culpa es siempre la mejor defensa, engañar es la estrategia, dominar es la consigna, eliminar es la meta y acumular dinero es el destino. La colonización antigua logró domesticar en las haciendas henequeneras a muchas familias mayas y la colonización nueva ha logrado hacer una cirugía en el pecho de muchas comunidades y les ha injertado un corazón consumista de chatarra, por eso muchos prefieren recibir un apoyo que defender el derecho que como persona, como cultura y como pueblo les pertenece, así es como entregan sus cuatro extremidades, en modo cooperativo, al poder en turno para que alimenten su sueño de viajar en un tren de alta velocidad, disfrutando el vaivén del chuk chuk chuk, aunque lo que realmente les han preparado es una oportunidad para pedir limosna en alguna estación.


A todo esto se va a enfrentar el abogado que decide caminar de la mano, por la defensa del territorio, con aquellas y aquellos con memoria histórica, los hombres y mujeres de maíz rojo que han decidido dar la batalla por la conservación de las selvas, de las flores, de las abejas, de las plantas medicinales, de la milpa, de los animales, de la cultura maya, de la lengua de Jacinto Can Ek y de sus sueños. ¿Cómo lo vamos a hacer? ¿con estas leyes burguesas? ¿frente a estos jueces racistas? ¿ante un gobierno que se dice de izquierda pero que le sirve a la derecha? ¿a pesar de los indios que se visten de blanco, plumas y cintas rojas que le trabajan de indios al poder oficial entregándole un bastón? Sí, así es, pero no solo esto, nuestra fuerza fundamental está en el sueño de nuestros abuelos y abuelas, de aquellos que en medio de la batalla se regresaron a la selva a sembrar la milpa hace algunos años, hoy se reencuentran como colectivos, como asambleas, como comunidades de mujeres, hombres, niños y ancianos acompañados por muchos otros corazones que nacieron en otras geografías pero que son originarias y originarios porque en su corazón traen una mazorca de maíz rojo.


Pensamos que la dignidad nos puede salvar, es nuestra fe.

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