Las falacias de las energías limpias.
Foto: Haizel de la Cruz
Por Pedro Uc Be
“Las energías fotovoltaicas y eólicas no son la solución al déficit de energía que tenemos” sentencia el académico del ITAM Dr. Edgar Ocampo Téllez, pero es una voz que clama en el desierto; la gran mayoría de las voces empresariales, sus especialistas, sus estudiosos y su masa popular afirman que las energías limpias salvan al mundo de la contaminación, controlan el cambio climático, son renovables y abaratan el costo de la energía.
Hay cierta verdad en este discurso, pero eso es precisamente el laberinto, decir solo una parte de la verdad es también faltar a la verdad o por lo menos a la verdad que se conoce, ocultar una parte de la verdad es violencia en contra de quienes salen afectados negativamente por una versión amañada, es lo que hacen los promotores y desarrollistas de los proyectos de energía fotovoltaica y eólica.
Según el Dr. Ocampo Téllez, estas energías no han solucionado el problema de otros países del mundo que le han apostado, de hecho es parte de problema que tienen esos países que siguen consumiendo energía fósil porque las renovables no son suficientes para brindar toda la energía necesaria. La Asamblea de Defensores del territorio Maya Múuch’ Xíinbal es testigo del impacto negativo de estos megaproyectos que se construyen en la Península de Yucatán, por ejemplo, contaminan con el aceite que vierten en el suelo, son vulnerables a los ciclones, deforestan cientos o miles de hectáreas para su construcción, los empresarios mienten a los ejidatarios y les hacen firmar contratos de usufructo del terreno en hojas en blanco o con textos en lengua no accesible para los ejidatarios que son mayas en alta marginación que no saben leer y se les manipula con medias verdades de la información, elaboran ridículos manifiestos de impacto ambiental y se los aprueban por el gobierno, pagan una renta de risa a los dueños de la tierra, las cláusulas del contrato son de verdaderos despojos y abusos y muchas otras lamentables historias de deshumanización detrás de estas energías limpias.
Si esta es la otra parte de verdad que hacía falta decir y hoy ya la conocemos ¿porqué lo hacen las empresas y lo permiten las autoridades? Los países como el nuestro no promueven la vida, no fomentan la dignidad humana, no respetan el modo de vida de los pueblos originarios, el único valor que no solamente promueven sino divinizan es el monetario, el capitalismo, el acaparar sin empacho para controlar el mundo llenándose de dinero para llenarse de poder, entonces la lógica es aplastar cualquier obstáculo para lograr amasar un gran capital.
Entonces el pretexto del negocio de los parque solares y fotovoltaicos es el discurso de que son energía limpia y salva al mundo del cambio climático. Sin embargo, en donde se han desarrollado y los conocemos ya como es Oaxaca, hemos visto que la vida de los pueblos ha encarecido mucho más, que no ha generado los empleos que ofrecieron al principio porque ahora hay más pobreza, hay una fuerte migración y una explosión de delincuencia organizada y desorganizada, los comuneros van perdiendo sus tierras y territorios y la corriente producida está aprovechada felizmente por grandes empresas en tanto el pueblo paga precios más elevados de energía que les sigue vendiendo la CFE.
Hay otros actores en torno al tema que lo hacen mucho más complejo y difícil, como los intermediarios de estos proyectos desarrollistas que pueden ser ONG’s o despachos que se dicen ambientalistas y se autoproponen como mediadores entre los ejidos y las empresas para que se paguen precios más “justos” por la renta de la tierra, sonó mucho la “calculadora” como una buena solución y como un término que recorrió muchas comunidades con el problema entre ejidos y empresas en torno a los parque eólicos y solares. Esto solo servía para negociar con la empresa, el intermediario saca su buena parte, la empresa feliz de ser “más justa” y los ejidatarios como siempre despojados, sin darse cuenta de que se han disparado en el corazón. Los despachos de abogados “ambientalistas” elaboraban amparos muy a modo, en el sentido de que les servía para bajar recursos de las fundaciones pero también para negociar con la empresas donde les llegaba la otra parte de dinero para hacer su agosto en cualquier mes del año.
Finalmente aparece otra propuesta más sigilosa que propone construir pequeños proyectos comunitarios de energía solar o eólica, parece muy atractivo en principio esta propuesta que hace una fundación y empresa a la vez, es decir, cuando le es conveniente se presenta como fundación y en otro momento conveniente se presenta como empresa con sede en Inglaterra. Tiene un discurso popular, comunitario, casi progresista, plantea que las comunidades pueden construir su propio proyecto de energía limpia a través de un crédito que les puede proveer con un interés muy bajo para pagar hasta por 30 o 40 años sin dejar la tierra como garantía, pero que firmarían un contrato en ese sentido. No tenemos evidencia de que este discurso sea cierto, no hay una experiencia en el mundo que nos permita corroborar esta verdad, tampoco ha dejado claro de dónde vendría esa gran cantidad de dinero, lo que sí se sabe, es que hay intentos en algunas partes como Oaxaca y Chile que no están consolidados, tampoco hay suficiente información al respecto, no se sabe si fracasaron o están en proceso, si fracasaron sería interesante saber porqué, si están en proceso sería bueno saber a qué nivel se ha desarrollado, de todas maneras este proyecto implica someter a un endeudamiento por muchos años a las comunidades y bueno sería ver las cláusulas de algún contrato que se haya firmado. ¡Ah! Pero hasta ahora ese proyecto es al parecer inviable porque las leyes mexicanas no lo contempla. Pero si como dice el Dr, Ocampo Tellez las energías renovables no están pensadas para solucionar el problema de la energía sino como un negocio de las empresas, quizá tenemos que informarnos mucho y reflexionar otro tanto los que somos pueblos mayas para dejar de ser carne de cañón de empresarios clásicos, de intermediarios y de empresarios disfrazados de fundaciones.