Parques eólicos dolor de cabeza para ejidatarios de Yucatán
Expertos señalan que este tipo de proyectos desestabilizan el tejido social de las poblaciones.
Parques eólicos Yucatán
Desde hace un par de años empresas extranjeras y nacionales han puesto la mirada en territorio yucateco, y proyectos eólicos que se intentan instalar en Yucatán han sido vistos con diferentes puntos de vistas. Ejidatarios que se han enfrascado en diferentes discusiones, según ellos, son las mismas empresas las que desestabilizan el tejido social de las comunidades.
Sobre esto, Pedro Uc Be, profesor e indígena maya de Buctzotz, y quien también es asesor de algunos de los ejidatarios, habló con Grupo Editorial La Verdad y comentó: ‘En Buctzotz y en todo Yucatán están llegando unas empresas extranjeras y nacionales para rentar la tierra de los campesinos, principalmente la de los ejidatarios, y la renta que hacen es por 30 años en una primera etapa, con un derecho automático por parte de los que rentan de poder volver a rentar dos tandas más así, estamos hablando de hasta 90 años’.
Parques eólicos Yucatán
Lo peligroso de esto, refirió, es que las dos últimas tandas son sin consulta, sin acuerdo y de manera arbitraria. ‘Los proyectos que se están construyendo, como es el caso de Dzilam en donde ya se levantaron los ventiladores, no es un tema del dominio de la gente. Lo único que le dicen a la gente, es que va a tener beneficios’. Pero esos beneficios, dijo, tienen que ver con que dejen de pagar energía y que van a cobrar una jubilación hasta que se muera.
‘Pero nosotros revisamos algunos de los contratos y nos dimos cuenta que en los contratos hay una especie de despojo, hasta cierto punto legal. Por ejemplo lo que hacen es que llegan al ejido y convocan a una asamblea ejidal y les dicen, nosotros les vamos a pagar una buena cantidad de dinero si nos rentan su tierra para plantar limones y estevia, pero es una mentira’, explicó el entrevistado, ya que poco después de llegar a un acuerdo y los convencen de que no van a tener afectaciones en sus terrenos, y les hacen firmar una hoja en blanco.
‘Y a esas hojas en blanco, las llevan a certificarlas como un contrato ya adquirido por los ejidatarios; entonces cuando se han dado cuenta, ya no pueden hacer nada y ya han perdido la potestad de sus terrenos y es entonces que empiezan las inconformidades’, indicó Uc Be, quien explicó que con ello se genera un ambiente de división entre los pobladores, los que quieren que se haga el proyecto y los que no, pues esa es tierra que heredaran a sus hijos.
Publicado en el diario "La Verdad"